martes, 10 de agosto de 2010

Esas son las madres

La mejor obra de Dios... tú


Cuántas veces viene a mi recuerdo

Que no permitiste jamás que la soledad fuera mi compañera.

Cuántas veces preferiste no dormir

hasta saber que estaba sano o fuera de peligro.

Cuántas veces sacrificaste tu tiempo, tu figura, tus gustos

Para derivarlos en mí.



Cuántas veces tu mirada refulgía de orgullo y de amor

Cuando de mí te referías.

Cuántas veces preferiste mil veces ser señalada por mi causa,

y me tuviste.

Cuántos años se hacen, sumando todos los momentos

Que no viviste más que para mí

Cuántas veces de una mansa paloma

Te convertiste en una loba,

defendiendo a tus cachorros aún a costa de tu vida.



Cuántas veces tuviste que afrentar

la indiferencia de tu compañero hacia ti,

Refugiándote en lo que tú sí creías completamente tuyo.

Cuántas veces esto y cuántas veces aquello

Los números nunca se han usado para contar

Los actos de servicio que has regalado a los tuyos.



¡Oh cuánto abandono, olvido e ingratitud,

Perdonas por una simple llamada, por una sonrisa, por una visita.

Las preocupaciones nunca se han acabado,

antes por los intentos de pasitos,

ahora para que no anden en malos pasos o en penas de amores.

Si embargo es una vida que bendicen,

Que no cambiarían por nada,

Y que todavía tienen fuerzas para revitalizarse en los nietos.



Han pasado muchos años y aún cuando hoy miran,

tienen fresca en su memoria cuando una manito se aferraba,

dando los primeros pasos y necesitando apoyo.

Cuántas veces ante la culpa manifiesta

Tu voz reflejaba amor y perdón.

Y ante los arrebatos esperanza, pero jamás condena, ni abandono.



Hoy y todos los días deposito un beso en tu frente,

en nombre de ese hijo que ya no está a tu lado.

Hoy y todos los días te doy un abrazo,

En nombre del hijo que tienes en otro país...



Hoy y todos los días comparto tus lágrimas por ese hijo,

que te fue arrebatado, secuestrado o robado y que jamás has sabido de él.

Hoy y todos los días bendigo, el gran privilegio

de haber venido de una simple mujer,

que se transformó en algo casi divino al ser madre,

y al haber también creado la luz.



Hoy y todos los días confieso mi asombro ante el milagro de la maternidad,

donde la mujer sacrifica salud, figura y su tranquilidad actual por ser llamada mamá!

Hoy y todos los días les digo, en nombre de los que aún balbucean un incompleto mamá.

En nombre de los que ya pueden decirlo fuerte para pedir atención,

pero no están conscientes.

En nombre del que está muy enfermo o en su lecho de muerte.



Hoy en nombre de todos te digo:

¡ te quiero mamá !

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    Lágrimas

    Lágrimas







    Por qué lloras mamá?

    Le preguntó un niñito a su madre...

    Porque soy una mujer le contestó ella.



    Pero no entiendo! dijo el niño.

    Su madre se inclinó hacia él y abrazándole le dijo:

    Y nunca lo entenderás mi amor.



    Más tarde el niñito le preguntó a su papá.

    Por qué mamá llora siempre sin ninguna razón?

    Todas las mujeres lloran siempre por ninguna razón

    era todo lo que el padre podía contestar.



    El pequeño niño creció y se convirtió en todo un hombre,

    preguntándose aun, por qué será que las mujeres lloraban sin razón?



    Un día el niño convertido en un hombre,

    se arrodilló y le preguntó a DIOS:

    DIOS... por qué lloran tan facilmente las mujeres?



    Y DIOS le dijo...

    Cuando hice a la mujer tenía que crear algo especial,

    ice sus hombros lo suficientemente fuertes,

    como para cargar el peso del mundo entero,

    pero a la vez lo suficientemente suaves como para confortarlo

    le di una inmensa fuerza interior,

    para que pudiera soportar al dar a luz,

    y también hasta el rechazo que muchas veces proviene de sus propios hijos!

    le di la fortaleza que le permite seguir adelante cuidando de su familia sin quejarse,

    a pesar de las enfermedades y la fatiga, aun cuando otros se rindan!

    le di la sensibilidad para amar a sus hijos bajo cualquier circunstancia,

    aun cuando esos hijos la hayan lastimado mucho



    Esa misma sensibilidad, que hace que cualquier tristeza,

    llanto o dolor del niño desaparezca y que le hace compartir las ansiedades,

    dudas y miedos de la adolescencia

    le di la fuerza suficiente para que pudiera perdonar a su esposo de sus faltas,

    y la moldee de una de sus costillas para que ella pudiera cuidar de su corazón

    le di la sabiduría para saber que un buen esposo nunca lastimaría a su esposa,

    y también a veces le pongo a prueba para medir su fuerza y determinación

    para mantenerse a su lado a pesar de todo.



    Pero hijo, para poder soportarlo todo

    le di las LAGRIMAS y son de ella exclusivamente

    para usarlas cuando las necesite,

    al derramarlas vierte un poquito de amor en cada una,

    que se desvanece en el aire y salva a la humanidad!



    GRACIAS DIOS! por haber creado a la mujer

    ahora comprendo el sentir de mi madre, hermana o esposa

    respondió el hombre con un fuerte suspiro en sus labios