domingo, 10 de julio de 2011

Frases de la Madre Teresa:

* No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.

* No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.

* La paz comienza con una sonrisa.

* Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.


* Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.

"La gente a menudo no es razonable, es ilógica y egoísta; perdónalos de todas formas. Si eres amable, la gente puede acusarte de egoísta o tener intenciones ocultas; sé amable de todas formas. Si tienes éxito, te ganarás algunos falsos amigos y algunos verdaderos enemigos; ten éxito de todas formas. Si eres honesto y franco, la gente puede engañarte; sé honesto y franco de todas formas. Lo que tú puedes estar años construyendo, alguien podría destruirlo en una noche; construye de todas formas. Si encuentras la serenidad y felicidad, la gente puede sentir celos de ti; se feliz de todas formas. El bien que haces hoy, la gente posiblemente lo olvidará mañana; haz el bien de todas formas. Da al mundo lo mejor que tengas, e incluso podría no ser suficiente; da al mundo lo mejor que tengas de todas formas. Sabes, en el análisis final, se trata de algo entre Dios y tú; nunca entre tú y la gente de todas formas."

El Turismo Rural

El Turismo Rural

Se trata de un deporte nacional que antes se llamaba 'ir al pueblo'.

La diferencia es que si vas a tu pueblo es gratis, y si haces turismo Rural
vas a un pueblo que no es tuyo y pagando una pasta.
Para hacer turismo rural no vale cualquier pueblo. Tiene que ser un pueblo
'con encanto'.

-¿Y qué es un pueblo 'con encanto'? Pues un pueblo que sale en una Guía de
pueblos 'con encanto'. Si es que se cae por su propio peso.
A estos pueblos se suele llegar a través de una carretera comarcal 'con
encanto', que es una carretera con tantos baches y tantas curvas que cuando
llegas al pueblo estás 'encantao' de bajarte.

Y cuando entras al bar intentas integrarte con los vecinos.
- ¡¡¡Buenos días, paisanos!!! ¿Qué es lo típico de aquí?
Y el del bar piensa: 'Pues aquí lo típico es que vengan los gilipollas de la
ciudad los fines de semana a dejarse doscientas mil euros'.

Lo siguiente es alojarse en una casa rural o 'casa con encanto', que es una
casa adornada con muchas vasijas y ristras de ajos en el techo, que no tiene
ni tele, ni radio, ni microondas.
Eso sí, tiene unos mosquitos trompeteros que por la noche hacen más ruido
que una Derbi Coyote.

Luego te das cuenta de que los del pueblo viven en unas casas que no tienen
ningún encanto, pero tienen jacuzzi, parabólica, Internet y portero
automático.
Tu casa no tiene portero automático, pero tiene una llave que pesa medio
kilo.
Otra ventaja que tiene hacer turismo rural es que puedes elegir entre una
casa vacía o vivir con los dueños.
Estupendo.

Te vas de vacaciones y además de la tuya tienes que aguantar una familia
postiza. Que por la noche tú quieres ver la película, ellos los
documentales, y te planteas:
'¿Quién manda más, yo que he pagado 600 euros o este señor que vive aquí?'

Pues gana él, que tiene garrote.
Y encima te dicen que tienes la 'posibilidad de integrarte en las labores
del campo'. Que quiere decir que te despiertan a las cinco de la mañana
para ordeñar a una vaca. ¿No te jode? Es como si te vas a una gasolinera y
te tienes que poner tú la gasolina, o como si vas a un McDonalds y tienes
que recoger tú la bandeja. O sea, lo normal.

Así que te levantas a las cinco para ordeñar a las vacas.
Que digo yo: ¿por qué hay que ordeñar a las vacas tan temprano?
Si la leche está ahí, y no se va a ir..

¿No se pueden ordeñar después del aperitivo? Yo creo que esto es fastidiar
por fastidiar, porque a la vaca le tiene que sentar como una patada en las
ubres que la despierten a las cinco de la mañana para que le toque las tetas
un extraño.
Que la vaca te mira como diciendo: 'Tío, si quieres leche vete a la nevera
coge un tetra brick'. Es que son ganas de molestar.
Pero el 'encanto' definitivo son las 'actividades al aire libre'.

Como cuando te ponen a hacer senderismo, que es lo que habitualmente se
llama andar, y consiste, pues eso, en poner un pie delante de otro hasta que
no puedas más, mientras los del pueblo te adelantan en un 'todoterreno' con
aire acondicionado..
Pero tú encantado. Vas por el campo como abducido. Te vuelves bucólico y
todo te parece impresionante: ves una 'caca' de vaca y sueltas:
'Ummmmmh qué olor a pueblo.' ¿A pueblo? A pueblo no, huele a mierda. Eso sí, a mierda 'con encanto'.

Y todo, sea lo que sea, te sabe a gloria: en el mesón te ponen dos huevos
fritos con chorizo y tú en tu ciudad no te comes estos huevos, ni estos
chorizos. Y le dices al camarero:
- 'Oiga ¿a qué este chorizo es de matanza?'
- 'Pues casi, porque a punto estuvo de matarse en la curva el del camión de
Campofrío'.
De repente oyes unas campanadas y dices:
-'¡Ah!. ¡Qué paz!. No hay nada como el sonido de una campana.'
Y el del bar te dice: '¡Pero si está grabado! ¿No ves el altavoz del
campanario?'

En ese momento te preguntas si los sonidos de las gallinas y de los grillos
no vendrán en un CD: Rural Mix2005', 'Los 101 Mayores Éxitos campestres.'
De lo único que estás seguro es de que los mosquitos trompeteros son de
verdad. Que pareces un Ferrero Roché con varicela.
Yo creo que, de lunes a viernes, la gente de estos pueblos vive como todo el
mundo, pero el fin de semana distribuyen por la carretera a unos tíos
disfrazados de pastores y cuando ven que se acerca un coche, avisan a los
del pueblo con el móvil:

- '¡Eh, que vienen los del turismo rural'! Y cambian el cartel de
'Videoclub' por el de 'Tasca', sueltan unos perros cojos por las calles y
sientan a la entrada del pueblo a dos abuelos haciendo alpargatas, que luego
te compras unas y te salen más caras que unas Nike.

En fin, yo creo que un montaje tan grande como éste no puede ser obra de
personas aisladas. Estoy seguro de que están implicadas las autoridades.
Me imagino al alcalde: - 'Queridos paisanos: este verano, para incrementar
el turismo, vamos a importar más mosquitos del Amazonas, que el año pasado tuvieron mucho éxito. Y quiero ver a todo el mundo con boina, nada de gorritas de Marlboro. ¡Y haced el favor de pintaros el entrecejo, que no
parecéis de pueblo! Y las abuelas Nada de top less en el río, que espantáis
a los mosquitos..
Ah, y por cierto: Este año no hace falta que nadie haga de tonto del pueblo.

¡Con los que vienen de fuera ya vale!

Cosas que pasan

Cosas que pasan

El novio de una amiga que fue a Madrid, por motivos de trabajo, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas, aprovechó que estaba allí y encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas para hacerle un regalo, entró en una óptica donde había muchas ofertas.

Después de ver unas cuantas, se decidió y le compró unas. La dependienta se las envolvió y pagó la cuenta pero, al marcharse, en lugar de coger la caja con las gafas, cogió otra muy parecida que había al lado y que contenía unas bragas que, seguramente, alguna clienta de las que había en la óptica se acababa de comprar y dejó ahí olvidadas.

Como buen despistado que es, no se dio cuenta de la equivocación, se fue directamente a correos y le envió la caja a su novia, junto con una carta. La novia recibió el paquete y se quedó extrañada al ver las bragas, así que leyó la carta que decía:

"Querida Laura:

Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo con las otras que tenías y éstas son cosas que se deben cambiar de vez en cuando.

Espero también haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda y amablemente me enseñó las suyas, que eran iguales. Entonces yo, para ver si eran ligeras y cómodas, cogí y me las probé allí mismo. No sabes como se rió la dependienta, porque esos modelos femeninos en los hombres quedan muy graciosos y más a mí, que sabes que tengo unos rasgos que no son como los tuyos.

Una chica que había allí me las pidió, se quitó las suyas y se las puso para que yo pudiera ver el efecto que hacían en ella. Las vi estupendas, a ella le caian muy bien, así que me decidí y las compré.

Póntelas y enséñalas a tus padres, a tus hermanos y en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a ir con las viejas y más ahora que has estado un tiempo sin llevar ningunas. Póntelas para ir a la calle, que todo el mundo note que las tienes.

Si te están muy pequeñas me lo dices, que si no te van a dejar señal cuando te las quites. Ten cuidado también de que no te estén grandes, no sea que vayas andando y se te caigan.

Llévalas con cuidado y, sobre todo, no vayas a dejártelas por ahí y las pierdas, que tienes la costumbre de quitártelas en cualquier sitio para que todos vean tus encantos. En fin, para que te voy a decir nada más, estoy deseando vértelas puestas, ya te echo de menos.

Creo que este es el mejor regalo que podía hacerte.
Un beso... Miguel.

viernes, 3 de junio de 2011

Mi primera vez

Mi primera vez

¡¡Era mi primera vez!! Salí de casa sumamente nerviosa, no sabía como sería aquello. Además, era mi primera vez, sin embargo, ya se lo había prometido y no podía echarme atrás. No debía tener miedo. Al fin y al cabo era yo quien había querido voluntariamente. Cuando llegué a la puerta un escalofrío estremeció todo mi cuerpo.

Luego, al abrir la puerta, tuve que hacer un esfuerzo por controlar el temblor de mis piernas. Entré... y allí estaba él esperándome, sonrió e inmediatamente me tomó por el brazo y me llevó a una habitación muy bonita. Amablemente, me invitó a acostarme y me dijo que me pusiera cómoda, que me relajara... que él estaba acostumbrado a hacerlo y que no me iba doler.

Aunque era mi primera vez, él me inspiró bastante confianza y comprendí que no podría encontrar una persona más adecuada para hacer lo que estaba a punto de hacer, dada toda su experiencia. Poco a poco, se fue acercando. Creo que notó mi nerviosismo y trató de tranquilizarme diciéndome que era un verdadero experto y que sabía perfectamente cómo hacerlo, ya que lo había hecho muchas veces y nunca había recibido ninguna queja.

Por fin, cuando mis músculos comenzaron a relajarse, me indicó cuál era la postura más adecuada y, poniéndome la mano en el hombro, continuó diciéndome cosas muy agradables para darme ánimo. Fue en ese momento cuando comencé a sudar. De pronto, la proximidad entre los dos se hizo inminente, sentí la presión de sus manos en mi brazo y el cálido aliento de su boca acercarse a mi rostro.

De repente, me entró algo duro y me estremecí, ya que mi cuerpo no estaba acostumbrado a este tipo de sensaciones y comencé a ponerme muy ansiosa. De pronto, comencé a sentir un dolor insoportable y lancé un grito mientras todo mi ser se estremecía.

A medida que transcurrían los minutos el dolor se iba haciendo más y más fuerte y no tardó en empezar a salirme un poquito de sangre. Le supliqué que sacara su instrumento por un momento, porque me estaba doliendo mucho, pero me dijo que no podía dejarme así. Grité angustiada y dolorida hasta que me salieron unas lágrimas.

Inesperadamente, el dolor cesó y mi cuerpo fue recorrido por una indescriptible sensación de bienestar y placer. Entonces, me di cuenta de que todo había acabado y finalmente llegó la hora de marcharme.

Como bien podrán imaginar le agradecí a mi dentista que me hubiese sacado esa muela que tanto me dolía y me despedí pidiéndole disculpas por mi comportamiento tan exagerado. ¡¡¡Muchas gracias Doctor!!!

La vaselina

La vaselina

Va un hombre a comprarse una moto. Llega al concesionario y dice:
- Buenas. Quiero una pedazo de motaca que no veas. Eso sí, no pienso gastarme más de 1.000 euros
- Pues eso es difícil. Pero creo que tengo algo que le gustará.

Y entonces el vendedor le enseña al hombre una motaca que no veas tú. Con un motor de 1.100cc y unos cromados que te cagas. Y el hombre, todo perplejo dice:
- Pero esto tiene que costar mucha pasta...
- Qué va. Sólo 900 euros.

- Pero, ¿cómo puede ser?
- Mire. Es que esta moto es de importación. Viene del Sahara, y claro, como allí nunca llueve tiene otros materiales, eso si, si le cae una sola gota de agua, la moto se cae a pedazos".

- Pero entonces no me interesa.
- No, hombre no. Mire, si usted ve que se va a poner a llover, pues le da una buena capa de vaselina para aislarla de la humedad, y ya está. Además, le regalo con la moto un frasco de vaselina.
- Siendo así... Vale, me la llevo.

Y entonces el tío va todo fardón por la carretera con su nueva moto, conduciendo a toda hostia, devorando kilómetros. Y claro, con tanto fardar, el tío va y se traga un charco de aceite en plena curva y se mete un piñazo que no veas. A todo esto que un lugareño lo ve y se acerca a ayudarle:
- Pero hombre, menuda hostia se ha dado. ¿Está usted bien?
- Sí, no me ha pasado nada, y la moto...., la moto también está bien.
- Pero, ¿seguro que usted está bien? Mire que la hostia ha sido de campeonato. Lo mejor que podemos hacer es que se venga conmigo a mi casa. Le invito a comer, y si después de comer usted ve que se encuentra bien, pues nada, se va y todos tranquilos.

Entonces el lugareño y el hombre se van en la moto a casa del buenazo del lugareño.
- Verá, en esta casa tenemos una costumbre, durante la comida no se habla, y si alguien habla, entonces es el que lava los platos.
El hombre piensa: "Bueno, ya que este lugareño está siendo tan amable, yo, durante la comida, hago que se me escapa alguna palabra, y le lavo los platos."
Entonces se asoma a la cocina y ve que allí todo estaba lleno de platos sucios, y piensa: "¡¡¡JODER!!! Yo no digo ni mú". Comienza la comida, a la mesa estaban el lugareño, su esposa, su hija y el hombre de la moto. Reinaba un silencio sepulcral, no se oía ni el ruido de una mosca.

El motero, que no tenía ninguna gana de lavar los millones de platos que habría en la cocina, empieza a meter mano a la hija del lugareño, para ver si ésta dice algo, y así asegurarse de que él no lavaría. Pues la chica no decía nada de nada, le miraba, suspiraba, se movía, pero no decía nada. Entonces el tío, que de tanto sobeteo se había puesto a 100, pues se levanta de la mesa y se tira a la hija, allí, delante de todos. Y la peña que no suelta prenda, nadie dice nada, siguen comiendo tan tranquilos.

El hombre, que ve que se puede poner morado, mira a la mujer del lugareño, que era una cuarentona de buen ver, y se la tira. Y nadie dice nada. Todos callados, comiendo, sin decir ni pío.

Mientras todo esto sucedía, el cielo se fue poniendo cada vez más oscuro. El hombre, después de haberse tirado a la madre y a la hija, ve que va a llover y se levanta de la mesa, con el bote de vaselina en la mano, y el lugareño dice:
- ¡Vale! Friego yo.

Carta de Lepe

Carta de Lepe

Querido hijo:

Te escribo estas letras para que sepas que estoy viva. Estoy escribiendo despacio porque sé que tú no eres para leer deprisa. Si recibes esta carta es que te llegó, y si no, me lo dices y te la mando otra vez. El tiempo por aquí está mal: la semana pasada solo llovió dos veces: la primera estuvo lloviendo tres días, y la segunda cuatro.

Ya te mandé la chaqueta, pero te digo que tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con botones pesaría mucho, y el envío sería muy caro, así que se los quitamos y se los metimos en el bolsillo de dentro.

Por fin ya pudimos enterrar a tu abuelo. Lo encontramos cuando lo de la mudanza: estaba metido en el armario desde aquel día que nos ganó jugando al escondite.

Te cuento que el otro día explotó la cocina del gas y tu padre y yo salimos disparados por el aire y caímos fuera de la casa. ¡Qué emoción! Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos de casa.
Vino el médico y me puso un tubo de cristal en la boca y me dijo que no podía hablar en diez minutos. Tu padre quería comprarle el tubo.

Perdona la mala letra y las faltas de ortografía; es que yo me canso de escribirte y ahora le estoy dictando a tu padre y ya sabes lo burro que es. Y hablando de tu padre, ¡qué orgulloso está!. Te cuento que ahora tiene un buen trabajo, tiene 500 personas por debajo de él: es el encargado de segar el cementerio.

El otro día leyó en el periódico que, según las encuestas, la mayoría de los accidentes ocurren a un kilómetro de casa, así que nos mudamos más lejos. No vas a reconocer la casa; el sitio es muy guapo y hasta tengo lavadora, aunque no estoy segura de que funcione. Ayer metí la ropa, tiré de la cadena y desde ese momento no la volví a ver.

Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, parió. Como todavía no sé de qué sexo es, no puedo decirte si eres tío o tía. Si es niña van a llamarla como yo. Ella, a tu hermana, la llamará mama.

Y por último tu hermano Juanchu sigue tan despistado como siempre: el otro día cerró el coche, dejo las llaves dentro y tuvo que ir tres Km. para allá y tres Km. para acá, a casa , a por el duplicado, para poder sacarnos a tu padre y a mi de dentro del coche.

Tu primo Paco se casó y pasa toda la noche rezándole a la mujer porque le dijeron que era virgen.

A quien nunca más vimos por aquí es al tío Carlones el que murió el año pasado.
Ahora el que nos tiene preocupados es tu perro, el Puski: está empeñado en correr detrás de los coches que están parados.

¿Recuerdas a tu amigo Antón? Ya no está en el mundo. Su padre murió hace dos meses y como había pedido ser enterrado en el lago, el pobre Antón murió cavando la poza en el fondo.

Bueno, hijo, no te pongo dirección de la carta porque no la sé.
La gente que vivió aquí antes, se llevó los números para no tener que cambiar de domicilio.
Si ves a doña Remedio salúdala de mi parte, y si no la ves no le digas nada.

Un abrazo. Te quiere tu madre.

P.D. Iba a mandarte 100 euros, pero ya cerré el sobre.

sábado, 7 de mayo de 2011

La felicidad es un trayecto

La felicidad es un trayecto

Un hombre de negocios de vacaciones, estaba en el muelle de un pueblecito caribeño cuando llegó un pequeño bote con un pescador.

Dentro del bote había varios peces de buen tamaño. El empresario elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó si había tardado mucho en conseguir aquella pesca.
El pescador respondió que muy poco tiempo.
El empresario volvió a preguntar porqué no permanecía más tiempo y sacaba mas pescado.

El pescador le dijo que tenía suficiente para satisfacer las necesidades de su familia, a lo que el empresario volvió a preguntar ¿Y qué hace usted con el resto de su tiempo?

El pescador dijo, "duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hecho la siesta con mi señora María, voy por las noches al pueblo donde tomo alguna copa y veo a mis amigos, tengo una vida "placentera y ocupada".

El empresario le replicó, vera, buen hombre, yo podría ayudarle.

Debería emplear mas tiempo en la pesca y con los ingresos demás, comprar un barco mas grande, con los ingresos del barco mas grande podría comprar varios barcos y eventualmente tendría una flota de barcos pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podría hacer directamente a un procesador y eventualmente abrir su propia procesadora. Debería controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Debería salir de este pequeño pueblo e ir a La Capital, donde manejaría su empresa en expansión.

El pescador entonces le preguntó, - ¿Pero, cuánto tiempo tardaría todo eso?
A lo cual el empresario le respondió, "quizás entre 15 y 20 años".

"¿y luego que?"

El americano se río y dijo que esa era la mejor parte. "Cuando llegase la hora podría vender las acciones de su empresa. Se volverá rico, tendrá muchos millones.


"Ahhh, muchos millones ...y; ¿luego que?"
Dijo el empresario. "Con todo eso se puede retirar. Mudarse a un pueblecito en la costa donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, ocuparse de sus hijos, echarse la siesta con su mujer, acercarse por las noches al pueblo para tomar algo y hablar con los amigos".

El pescador respondió: "¿Y no es eso lo que tengo ya?"

La felicidad, es un trayecto, no un destino.

Anónimo

Carta de un hijo a un padre

Carta de un hijo a un padre

Un padre que pasa por la alcoba de su hijo se asombró al ver la cama tan bien arreglada y todo bien recogido. Entonces vio un sobre colocado de forma prominente en el centro de la cama.

Estaba dirigida a, "Papá "

Con la peor premonición, él abrió el sobre y leyó la carta con las manos temblorosas:

Estimado Papá, es con gran pesar y dolor que estoy escribiéndote. Yo tenía que escapar con mi nueva novia porque quise evitar una escena con mamá y contigo. He encontrando una pasión real con Ana y ella es tan buena, incluso con todas sus perforaciones, los tatuajes, y su ropa apretada de montar la Motocicleta. Pero no es sólo la pasión papá, ella está embarazada y Ana me dijo que estaremos muy contentos. Aunque usted no la quiera ya que ella es mucho mayor que yo, ella ya posee un remolque en los bosques y tiene una pila de leña para calentarnos durante el invierno entero. Ella quiere tener muchos más niños conmigo y ése es ahora también uno de mis sueños.

Ana me enseñó que la marihuana realmente no hiere a nadie y la estaremos cultivando para nosotros y negociándola con sus amigos para vivir, y conseguir toda la cocaína y éxtasis que queremos. Mientras tanto, esperaremos que la ciencia encuentre una cura para el SIDA para que Ana pueda mejorar, se lo merece, es una buena chica.

No te preocupes Papá, yo tengo ahora 15 años y sé cuidarme. Algún día estoy seguro de que regresaremos a visitaros para que podáis conocer a vuestros nietos y a Ana, la mujer de mi vida

Tu hijo, Miguel

P.D.: Papá nada de lo anterior es verdad. Yo estoy arriba en la casa del vecino.

Solo quise recordarte que hay cosas en la vida mucho peores que la tarjeta del informe escolar que está en mi escritorio.

¡Te quiero!

Llámame cuando pueda volver a la casa.



Anónimo

martes, 3 de mayo de 2011

Maneras de vivir

Maneras de vivir

Un hombre de cierta edad llego a la clínica donde trabajo muy temprano para hacerse curar una herida leve, se le notaba que tenia prisa, preguntando en demasía cuanto quedaba para terminar, así que le pregunté cual era el motivo por el cual tenia tanta prisa.
Me dijo que tenía que ir a una residencia para desayunar con su mujer como todos los días, que vivía allí, me contó que llevaba ya tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Terminando la cura de la herida, le pregunté de nuevo si ella se inquietaría mucho al llegar tarde esa mañana.
-No, me dijo, ella ya no sabe quién soy, hace ya casi cuatro años que no me reconoce.
Entonces le pregunté extrañado.
-Y si ya no sabe quién es usted ¿Por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y dándome la mano me dijo: -Ella no sabe quién soy yo, pero yo si sé muy bien quién es ella.

Anónimo

lunes, 18 de abril de 2011

Paradojas de la creación

Paradojas de la creación

Dicen que Dios creó al burro, y le dijo:
- Serás burro, trabajaras al sol, cargarás sobre tu lomo todo lo que te pongan y vivirás 20 años. El burro le contesto:
- Señor, seré todo lo que me pides pero 20 años es mucho. ¿Por que no mejor 10 años? Y Dios creo al burro.

Después Dios creó al perro, y le dijo:
- Serás perro, cuidaras la casa de los hombres, comerás lo que te den y vivirás 15 años. Y el perro le contesto:
- Señor, seré todo lo que me pidas pero 15 años es mucho. ¿Por que no mejor 10 años? Y Dios creo al perro.

Luego Dios creó al mono, y le dijo:
- Serás mono, saltaras de árbol en árbol, harás payasadas para divertir a los demás y vivirás 10 años. El mono le contesto:
- Señor seré todo lo que me pidas pero 10 años es mucho. ¿Por que no mejor 5 años? Y Dios creo al mono.

Finalmente Dios creó al hombre, y le dijo:
- Serás el mas inteligente de la tierra, dominarás al mundo y vivirás 30 años. El hombre le contesto:
- Señor seré todo lo que me pides pero 30 años es poco ¿Por qué no me das también los 20 años que no quiso el burro, los 15 que no acepto el perro y los 10 que rechazo el mono? Y Dios creo al hombre.

Y he aquí la paradoja:
Así es que el hombre vive 30 años como hombre, después se casa y vive 20 como burro, trabajando de sol a sol y cargando sobre su espalda el peso de la familia, luego se jubila y vive 15 años como perro, cuidando la casa, comiendo lo que le den y termina viviendo 10 años como mono, saltando de casa en casa de los hijos, y haciendo payasadas para divertir a los nietos.

Anónimo

miércoles, 6 de abril de 2011

Amor y felicidad

Amor y felicidad

La luna brillaba llena y plena, como desearían muchos sus vidas, tanto, que tan solo algún osado astro lejos de ella, compartía su escenario, mas abajo, en otra parte del universo, una inmensidad de corazones rodeaban la tierra, cada uno latía al ritmo de sus circunstancias, el que nos ocupa lo hacia generosamente, creyéndose inagotable e infinito, característica común en las personas jóvenes, como así era en este caso.

Estaba enamorada, o al menos así lo creía ella, al fin y al cabo, que es el amor, en cierta ocasión escuchó, que cuando no sabes muy bien lo que sientes por alguien que te gusta, eso, es que es amor, sentía pasar los días lentamente estando lejos de el, y en los demás, el tiempo siempre era insuficiente, tan solo importaba la intensidad de las caricias, de los interminables abrazos y besos, que siempre son pocos a juicio del enamorado, esas cómplices miradas cargadas de pasión y deseo, capaces de trasmitir tanto sentimiento, entonces, las manecillas del reloj se antojaban indiferentes y enmudecidas.
Se sentía feliz, a sabiendas de no comprender en su totalidad el significado, tantas veces en entredicho, de esa palabra “Felicidad” cuantas personas dedicaron la vida a su búsqueda, o incluso mataron a otras en su nombre, para intentar poseerla, o no dejarla escapar. Ella la había encontrado, así, sin mas, o al menos trataba de convencerse así misma, de que así era, pensaba simplemente, que debía ser el equilibrio entre lo que se tiene, y lo que se desea, y de ambas cosas rebosaba, se sentía sublime y todopoderosa, incluso la muerte dejaba de tener importancia, ya no le causaba temor, todo estaba hecho, no necesitaba nada mas, había estado con el, estaba impregnada de su aroma, aun lo sentía dentro de si, habían estado haciendo el amor una y otra vez, y todo era maravilloso, se sentía colmada de deseo, ahí estaba el, junto a ella, tumbado en la cama, con los ojos cerrados y esa expresión placentera en su rostro reveladora del placer gozado.

Empezó a sonar una canción preciosa, romántica, una de las que mas le gustaban a ella, todo era perfecto, siempre se definió a si misma como una romántica, pensando en esto, sintió algo extraño, esa música, delibero un instante, su semblante delataba dudas, quien pudo poner esa canción en ese momento, estaban los dos solos y en la cama, su rostro se torció en otro gesto, acababa de escuchar una voz, era de otra mujer, un momento, se dijo sorprendida, es la voz de mi madre, al tiempo que comenzaba a sonar otra melodía en su canal de radio favorito, el radio despertador, se decía a si misma, al tiempo de abrir los ojos seguida de una sutil sonrisa, mientras escuchaba una vez mas decir a su madre: Vamos hija, levántate ya, que si no llegaras tarde…


A las cosas bonitas de la vida.
Pablo S.D.

Carta de divorcio

Carta de divorcio

Estimada Cristina:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario .... y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.

Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.

Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfono de la oficina, de ocho a cuatro, o al móvil, hasta las once y estaré encantado de repasar la lista contigo.
Cosas que deseo conservar:

- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.
- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
- La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos. también las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti.
Cosas que puedes conservar tu:

- Los silencios.
- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
- El sabor acre de los insultos y reproches.
- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
- Las náuseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
- Jorge y Cecilia… Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio, el coche, la casa, etc. solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:… objetos. Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado .... para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, Roberto

Estudio neurológico

Estudio neurológico

Una manada de búfalos sólo se puede mover tan rápido como se mueve el búfalo más lento y, cuando la manada es cazada, son los búfalos más lentos y débiles que están al final de la manada los que mueren primero. Esta es una selección natural buena para la manada como un todo, dado que la velocidad general y la salud del conjunto mejora por la muerte regular de sus miembros más débiles. Del mismo modo, el cerebro humano puede operar tan rápido como su neurona más lenta.

El consumo excesivo de alcohol, como todos conocemos, destruye las neuronas, pero naturalmente ataca a las neuronas más lentas y débiles en primer lugar.

En este sentido, el consumo regular de whisky, ron, tequila y cerveza elimina las neuronas más débiles, haciendo constantemente del cerebro una máquina más rápida y eficiente.

El resultado de este profundo estudio neurológico verifica y valida la relación causal entre las juergas de fin de semana y el rendimiento de los consultores, matemáticos, ingenieros, economistas, arquitectos, etc.

Asimismo, explica el por qué, pocos años después de acabada la universidad y contraído matrimonio, la mayoría de los profesionales no pueden mantener los niveles de rendimiento de los recién licenciados en las universidades. Sólo aquellos pocos que persisten en el estricto régimen de voraz consumo alcohólico pueden mantener los niveles intelectuales que obtuvieron durante sus años de estudiantes universitarios. Por todo ello, esto es una llamada a las armas.

Mientras nuestro país está perdiendo su potencial intelectual, nosotros no podemos quedarnos en casa sin hacer nada. Derrota a tus neuronas más débiles cada fin de semana.

¡Vayamos a los bares!, y bebámonos litros y litros! Tu empresa y tu país necesitan que estés al máximo, y tú no debes negarte la carrera que podes desarrollar. No te quedes estancado en tu empresa por no beber.

Comparte esta información con todas las personas que aprecias.

Así estarás colaborando para construir un país mejor.

Anónimo

jueves, 17 de marzo de 2011

Carta de despedida

Carta de despedida

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera.
Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse!
A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan.”

Gabriel García Márquez.

martes, 1 de marzo de 2011

Anécdotas y curiosidades de Juan Pablo II

Anécdotas y curiosidades de Juan Pablo II

Un interesante conjunto de anécdotas y datos sobre el Sumo Pontífice que nos enseñan sus muchas facetas como ser humano y como Vicario de Cristo.

Por Guido Adolfo Rojas Zamorano

. En su infancia sus amigos lo llamaban Lolek, y todavía usan ese diminutivo sus parientes y algunos íntimos suyos de Polonia

. De joven mostró un gran interés por el teatro y la literatura polaca

. Trabajó arduamente como obrero en una cantera

. Es el primer Papa polaco, y el primero venido de un país comunista

. Cuando gozaba de buena salud fue aficionado al esquí, escalar montañas y montar en canoa de remo

. Fue el primero que repitió el nombre de su predecesor -Juan Pablo I-.

. Es el primer Papa en ser herido de un tiro en la calle

. Es el primer Pontífice en ingresar a un hospital público.

. Según una encuesta realizada en la diócesis de Indiana (EEUU), lo que más les llama la atención a los feligreses es su sonrisa, la devoción mariana, su dominio de varios idiomas, el perdón concedido al que quiso asesinarlo y su amor a los niños y los pobres

. De acuerdo con un estudio efectuado en 22 países de América Latina, España y Portugal a más de 40 mil estudiantes de secundaria; reveló que los jóvenes admiran principalmente a personajes solidarios. Juan Pablo II ocupó el primer lugar y la madre Teresa de Calcuta el segundo

. En Navidad, suele obsequiar a algunas amistades, a los cardenales y a todos los trabajadores del Vaticano; una botella de vino y un pan dulce de limón con pasas

. Todos los viernes santos va a confesar a la basílica de San Pedro. Bautiza en su capilla privada a los hijos de sus amigos o a los de sus más modestos colaboradores, y casó a una mecanógrafa con un cerrajero

. Es el autor de cuatro libros y más de 500 artículos y ensayos

. En marzo del 2003, el Vaticano presentó el sexto libro de poemas místicos escritos por Juan Pablo II, que lleva por título Tríptico Romano

. Ha realizado tres exorcismos durante su pontificado, el más conocido fue en 1982, a una joven mujer que se revolcaba en el piso durante la audiencia general en el Vaticano

. El 13 de abril de 1986 realizó un gesto histórico al visitar la sinagoga de Roma, situada frente al Vaticano, al otro lado del río Tíber

. El 12 de marzo de 2000, pidió perdón por las faltas humanas cometidas en la Iglesia Católica en toda su historia. Haciendo referencia a las cruzadas, la inquisición, la discriminación hacia las mujeres y las etnias

. El 6 de mayo del 2001, se convirtió en el primer pontífice romano que ora en una mezquita; la de los Omeyas, en Damasco, Siria.

. En mayo del 2002, se reunió en la plaza de San Pedro con cientos de ex prostitutas durante la audiencia general

. En ese mismo mes, después del encuentro ecuménico de oración en Asís, Juan Pablo II mandó un mensaje a los jefes de estado, invitándolos a adoptar una lista de diez compromisos por la paz mundial

. Tras el encuentro de Asís, por primera vez después del cisma entre Oriente y Occidente de 1054, una delegación oficial de la Iglesia Ortodoxa Griega (la más reacia a Roma junto con el patriarcado de Moscú), fue recibida por el Papa Juan Pablo II en el Vaticano

. El 16 de octubre del 2002, al celebrar el 24 aniversario de su elección, proclamó en la plaza de San Pedro que cumplirá su misión hasta el final

. En agosto del 2002, viajó a su tierra natal Polonia, donde realizó una misa en Cracovia ante más de dos millones de fieles; siendo hasta el momento la más grande de la historia

. El 14 de noviembre del 2002 visitó el parlamento italiano, la primera vez que el jefe de la Iglesia Católica lo hacia en 150 años. Su discurso se centró en el terrorismo internacional y la globalización; y fue tan elocuente que al verlo por la televisión el mafioso italiano Benedetto Marciante, capo de la Cosa Nostra y acusado de homicidio y de extorsión, se entregó a la policía romana

. A partir de enero del 2003, las meditaciones, pensamientos e inquietudes del papa, pueden ser escuchadas por los fieles a través de los teléfonos móviles en Italia

. En junio del 2003, a sus 83 años de edad, completó su viaje número cien al llegar a Croacia

. El 19 de julio del 2003, se dio a conocer la noticia que el Papa había destinado cerca de ocho millones de dólares para obras de caridad en numerosos países del mundo. La donación se utilizará en proyectos de educación, salud, formación profesional, vivienda, protección de mujeres, niños y ancianos

. Una montaña del polo sur llevará el nombre del Papa Juan Pablo II, como homenaje a sus 25 años de pontificado.

Guido Adolfo Rojas Zamorano es licenciado en Ciencias Religiosas por la Pontificia Universidad Javeriana de Botogá (Colombia).

Karol Wojtyla me salvó la vida en 1945

Karol Wojtyla me salvó la vida en 1945


Una judía israelí revela cómo fue socorrida por el Papa al final del Holocausto nazi

JERUSALEN, 6 feb (ZENIT).- «Me acuerdo perfectamente. Me encontraba allí, era una niña de trece años, sola, enferma, débil. Había pasado tres años en un campo de concentración alemán, a punto de morir.

Y Karol Wojtyla me salvó la vida, como un ángel, como un sueño venido del cielo: me dio de beber y de comer y después me llevó en sus espaldas unos cuatro kilómetros, en la nieve, antes de tomar el tren hacia la salvación».

Edith Zirer narra el episodio como si hubiera sucedido ayer. Era una fría mañana de primeros de febrero de 1945. La pequeña judía, que todavía no era consciente de ser el único miembro de su familia que sobrevivió a la masacre nazi, se dejó llevar en los brazos de un sacerdote de 25 años, alto, fuerte, que sin pedirle nada, simplemente le dio un rayo de esperanza.

Hoy aquel sacerdote, según ella, es el obispo de Roma. Edith querría agradecer finalmente aquel gesto. «Sólo un pequeño gracias en polaco por aquello que hizo, por la manera en que lo hizo, para decirle que nunca me olvidé de él», dice desde su hermosa casa ubicada en las colinas del Carmelo, en la periferia de Haifa.

Edith tiene 66 años y dos hijos. Reconstruyó su vida en Israel, donde llegó en 1951, cuando todavía padecía las lacras de la tuberculosis y los fantasmas de la guerra alteraban sus sueños.

Durante todo este tiempo se ha guardado esta historia. Cuando en 1978, Karol Wojtyla subió a la cátedra de Pedro, comenzó a sentir la necesidad de hablar, de contarlo a alguien, de mostrar su agradecimiento. La pregunta surge inmediatamente: pero, ¿cómo puede estar segura de que aquel sacerdote es el Papa? ¿Por qué ha esperado tanto?. Estos interrogantes se los han planteado también los periodistas de «Kolbo», el semanario de Haifa que hoy publica un artículo sobre este asunto. «El relato es convincente. No trata de hacerse publicidad, todos los detalles que ofrece parecen creíbles», dicen los redactores. Tan convincentes que la embajada israelí ante la Santa Sede ya está moviéndose para tratar de poner en contacto a la señora Zirer con la secretaría del Papa.

La narración habla por sí misma. «El 28 de enero de 1945 los soldados rusos liberaron el campo de concentración de Hassak, donde había estado encerrada durante casi tres años trabajando en una fábrica de municiones --explica Edith, quien entonces tenía trece años--. Me sentía confundida, estaba postrada por la enfermedad. Dos días después, llegé a una pequeña estación ferroviaria entre Czestochowa y Cracovia». Precisamente en Cracovia, Wojtyla acababa de ser ordenado sacerdote. «Estaba convencida de llegar al final de mi viaje. Me eché por tierra, en un rincón de una gran sala donde se reunían decenas de prófugos que en su mayoría todavía vestían los uniformes con los números de los campos de concentración. Entonces Wojtyla me vio. Vino con una gran taza de té, la primera bebida caliente que había podido probar en las últimas semanas. Después me trajo un bocadillo de queso, hecho con pan negro polaco, divino. Pero yo no quería comer, estaba demasiado cansada. El me obligó. Después me dijo que tenía que caminar para coger el tren. Lo intenté, pero me caí al suelo. Entonces, me tomó en sus brazos, y me llevó durante mucho tiempo. Mientras tanto la nieve seguía cayendo. Recuerdo su chaqueta marrón, la voz tranquila que me reveló la muerte de sus padres, de su hermano, la soledad en que se encontraba, y la necesidad de no dejarse llevar por el dolor y de combatir para vivir. Su nombre se grabó indeleblemente en mi memoria».

Cuando finalmente llegaron hasta el convoy destinado a llevar a los detenidos hacia Occidente, Edith se encontró con una familia judía que le puso en guardia: «Atenta, los curas tratan de convertir a los niños hebreos». Ella tuvo miedo y se escondió. «Sólo después comprendí que lo único que quería era ayudarme. Y quisiera decírselo personalmente».

...Edith Zirer, casada hoy y con 2 hijos, que vive en Haifa, en una colina del Monte Carmelo, quiso estar con el Papa (59 años después de lo ocurrido) en su histórico viaje a Tierra Santa para darle personalmente las gracias justamente en el Memorial del Holocausto Yad Vashem. Fue un día inolvidable para ella y para toda la población judía, así como una lección universal de humanidad...".

martes, 1 de febrero de 2011

Será tiempo de cambiar?

Será tiempo de cambiar?


Tenemos edificios más altos ... pero menos calma.
Autopistas más amplias ... pero nuestros puntos de vista son más estrechos.
Gastamos más ... pero tenemos menos.
Compramos más ... pero lo disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes ... y familias más pequeñas.
Más comodidades ... pero menos tiempo.
Tenemos más grados académicos ... pero menos sensatez.
Más conocimiento ... pero menos juicio.
Más expertos ... pero más problemas.
Más medicina ... pero menos bienestar.

Bebemos demasiado,
fumamos demasiado,
gastamos imprudentemente demasiado,
reímos demasiado poco,
manejamos demasiado rápido,
nos enojamos rápidamente,
nos detenemos demasiado tarde (el daño ya está hecho),
nos levantamos cansados,
raramente leemos,
vemos demasiada televisión,
nos "sumergimos" más que "navegamos" en Internet
y raramente rezamos.


Hemos multiplicado nuestras posesiones ... pero reducido nuestros valores y principios.
Hablamos demasiado,
amamos demasiado raramente
y caemos demasiado frecuentemente.


Hemos aprendido como hacer una vida ... pero no a vivir.
Hemos agregado años a la vida ... no vida a los años.
Hemos encontrado la forma de ir a la luna y regresar ... pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer al nuevo vecino.
Hemos conquistado espacio exterior ... pero no nuestro espacio interior ser dueños de nosotros mismos).
Hemos hecho cosas más grandes ... pero no cosas mejores.
Hemos limpiado el aire ... pero contaminado el alma.
Hemos partido el átomo ... pero no nuestro prejuicio.


Escribimos más ... pero aprendemos menos.
Planificamos más ... pero logramos menos.
Hemos aprendido a acelerar el paso ... pero no a esperar.
Tenemos ingresos más altos ... pero moral más inferior.
Más alimento ... pero menos templanza.
Más reconocimiento ... pero menos amigos.
Más esfuerzo ... pero menos éxito.
Construimos más computadoras para almacenar más información, para procesar más datos que siempre... pero tenemos menos comunicación.
Hemos logrado mucho en cantidad ... pero poco en calidad.


Estos son los tiempos de comida rápida ... y digestión lenta.
De hombres altos ... y carácter corto.
Ganancias acumuladas ... y relaciones efímeras.
Estos son los tiempos de paz mundial ... pero guerra en el hogar.
Más ocio ... y menos diversión.
Más tipos de alimento ... pero menos nutrición.
Estos son días en que ambos esposos trabajan y ganan dinero ... pero hay más divorcios.
De casas más fantásticas ... pero hogares rotos.
Estos son días de viajes rápidos, pañales desechables, moralidad desechable, estancias de una noche, cuerpos con sobrepeso, y píldoras que hacen cualquier cosa desde alegrar hasta tranquilizar o matar.


Es un tiempo donde hay mucho en el aparador y nada en la bodega de mercancías.
Tenemos más bíblias ... pero no la leemos.
Escuchamos sobre como orar ... pero no lo hacemos.
Hablamos mucho sobre valores ... y no los practicamos.
Prometemos mucho ... pero cumplimos poco.
Tenemos más cosas ... y desperdiciamos muchas.

¿No será tiempo de cambiar al menos nosotros mismos
y vivir lo que pensamos, en vez de pensar lo que vivimos

Ser fiel en lo pequeño es cosa grande

Ser fiel en lo pequeño es cosa grande


Una historia sobre la dimensión expansiva de la virtud


Lo recordó un joven empresario.
Es la frase de un conocido poeta alemán:
“Si cada ama de casa barre diariamente el frente de su casa, la ciudad está limpia”.

Lo pequeño es pequeño; pero ser fiel en lo pequeño,
es cosa grande. Gracias al orden del átomo pueden
existir las galaxias. Por eso la mejor prueba de que
alguien quiere, de veras, mejorar el mundo es que
ponga en orden su escritorio o su cocina.

Es la pequeña flama del cerillo que enciende cada
uno en la oscuridad lo que hace que un estadio tenga
luz de mediodía. ¿Qué sería de las montañas sin los
granos de arena? El secreto de las operaciones
complicadísimas de las gigantescas computadoras
que calculan los viajes espaciales son las diminutas
placas de silicio que se portan como minúsculos
interruptores.

“Mi país tiene el puente mas grande del mundo, l
a torre mas alta, la carretera mas larga…”
“Nosotros”, respondía el interlocutor japonés,
“tenemos niños, pinceladas, transistores, flores y
arbolitos enanos… todo es pequeño; pero requiere
una gran paciencia y hace crecer el espíritu,
y se despidió con una breve sonrisa y una leve
caravana.

O. Henry contaba el poder de una hoja de árbol.
Aquel invierno, el pintor murió de pulmonía por
pintarla, a la intemperie, en la ventana de la
muchacha enferma. Ella aseguraba que al caer la
ultima hoja del árbol moriría… pero la hoja nunca
cayó.

Son los granos de arena los que hacen el amplio arco
de las ensenadas, la inmensidad de los desiertos y las
enhiestas escarpaduras de las montañas… son una
gran obra maestra del Creador y del hombre, su
criatura

Lucha hasta vencer

Lucha hasta vencer


En la pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio temprano todos los días para encender el fuego y calentar el aula antes de que llegaran su maestra y sus compañeros.

Una mañana, llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño inconsciente más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron de urgencia al hospital del condado.

En su cama, horriblemente quemado y semi-inconsciente, el niño oía al médico que hablaba con su madre. Le decía que seguramente su hijo moriría - que era lo mejor que podía pasar, en realidad -, pues el fuego había destruido la parte inferior de su cuerpo.

Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría. De alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió. Una vez superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre, habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.

Una vez más el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido; ¡caminaría! Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida.

Finalmente, le dieron de alta. Todos los días, su madre le masajeaba las piernas, pero no había sensación, ni control, nada. No obstante, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.

Cuando no estaba en la cama, estaba confinado a una silla de ruedas. Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire fresco. Ese día en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se impulsó sobre el césped arrastrando las piernas.

Llegó hasta el cerco de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo, se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el cerco, decidido a caminar. Empezó a hacer lo mismo todos los días hasta que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que darle vida a esas dos piernas.

Por fin, gracias a los fervientes masajes diarios de su madre, su persistencia férrea y su resuelta determinación, desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego caminar tambaleándose y finalmente caminar solo y después correr.

Empezó a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de carrera sobre pista.

Y aun después, en el Madison Square Garden, este joven que no tenía esperanzas de que sobreviviera, que nunca caminaría, que nunca tendría la posibiulidad de correr, este joven determinado, el Dr. Glenn Cunningham, ¡corrió el kilómetro más veloz del mundo

“Estoy lisiado... pero soy feliz”

“Estoy lisiado... pero soy feliz”


Una conmovedora historia de conversión que habla de la fortaleza espiritual, la perseverancia, la búsqueda sincera y el amor a Dios


Era un martes de comienzos de mayo. El día anterior – lunes - había sido feriado, ya que se festeja el día del Trabajador, por lo que había concurrido con mi familia al mediodía, al cumpleaños y festejo múltiple, en gente y años, de mi padre. El domingo previo, lluvioso, aprovechamos con mi Señora y mis entonces dos hijos, en aquél momento entonces de dos y un años, a visitar la ciudad y sus casas de antigüedades. El sábado habíamos ido con mi esposa a ver viviendas en el conurbano, ya que queríamos mudarnos del departamento donde vivíamos. A la tarde habíamos oído misa. El fin de semana anterior, Semana Santa, visitamos el río.
Con todas estas actividades en mente estaba poco gustoso de ir a trabajar, y sumamente melancólico. Pero el trabajo es el trabajo, por lo que cumplí con la responsabilidad. Como dije, era un martes, y luego de hacer por la mañana mis labores de rutina, llegué a mi oficina, sita en el piso 18º de un edificio céntrico. Ordené un poco el papelerío de mi escritorio, y sentí un súbito dolor de cabeza. Si bien me había sucedido otras veces, por haberme olvidado de tomar una pastilla que me habían recetado por mi ansiedad, no recordaba no haberla tomado esa mañana, y la sensación era diferente. A raíz de ello, y por mi natural aprensión, resolví ir a una guardia médica que conocía, distante a media hora en ómnibus de la oficina, enfrente a mi departamento. Comuniqué mi malestar físico a las personas que trabajaban conmigo, y una de ellas me dio un emparedado que ella no iba a comer y una suerte de analgésico que curaba de todo. Lo ingerí para no defraudarla, pero mi de decisión estaba tomada: iría al hospital. Le avisé a uno de mis jefes, con quien quedé que a mi vuelta veríamos un tema pendiente. Tardaría unos ocho meses en volver a pisar la oficina. También me enteré luego que mi esposa, a quien había comunicado por teléfono que iría al sanatorio, me llamó cuando yo ya había salido, a fin de decirme que no hacía falta que fuera, puesto que se había comunicado con la guardia médica, donde le habían restado importancia al tema...
A medida en que bajaba por el ascensor hacia la calle, mi sensación de incertidumbre se acrecentaba por sentirme peor y no saber a qué adjudicarlo. Decidí que tomaría un taxi y no un ómnibus, para duplicar la rapidez, ya que conforme pasaba el tiempo, empeoraba.
Ya en el taxi, le indiqué al conductor que tomara la vía más rápida posible hasta el sanatorio. Mi preocupación crecía a medida que se me paralizaba el brazo derecho. ¿Qué sería?, ¿Acaso estaba soñando?, ¿Cuándo despertaría? A pesar de tales dudas, me alegré con un descarte. Evidentemente no era nada relacionado con el corazón, ya que éste está en la parte izquierda del cuerpo, y mis problemas eran en la derecha. ¡Qué ingenuo!
El taxi se detuvo ante las puertas del centro médico, pero no pude pagar lo que marcaba el reloj, ya que llevaba el dinero en el bolsillo derecho, y tenía toda esa parte paralizada. No podía acceder al pago, así que le di al conductor unas pocas monedas que tenía en mi bolsillo izquierdo y me apeé rápidamente. Igual, el taxista no parecía muy dispuesto a cobrar. Una vez bajado, desapareció raudamente. Evidentemente no quería que me muriera en su taxi.
En la vereda, agarré sin sonrojarme por el hombro a un peatón, y le pedí que me ayudara escaleras arriba rumbo a la guardia, que como señalé, yo ya conocía. Una vez allí, por rapidez ingresamos por una puerta reservada para uso de los médicos, y agarré al primero que pasaba explicándole mi problema. El médico me hizo sentar en una camilla y auscultó mis ojos con su índice. Enseguida se fue a buscar ayuda y desapareció, no sin antes preguntarme por mi número telefónico y decirme que me quedara tranquilo. A partir de allí, no recuerdo nada real más, hasta que desperté casi un mes después internado en una sala común del sanatorio. Ínterin, tuve una serie de pesadillas, probablemente mezcladas con la realidad, que incluían mi internación, mi inmovilidad, el supuesto intento de asesinato por parte de los enfermeros (que según mis sueños querían quemarme vivo), mi ineludible muerte, y muchas, muchísimas cosas más, todas ellas espantosas. En realidad, estuve al borde de la muerte, extrema unción de por medio (actualmente unción de los enfermos), internado 17 días en terapia intensiva tras sufrir un derrame cerebral. Luego me pasaron a la sala común por unos 40 días más.
Tardé en creerlo durante varios meses, siempre esperando el momento en el que me despertaría. Después de todo, simplemente me había ido a trabajar como cualquier otro día, para luego encontrarme somnoliento, inmovilizado y mudo en un cuarto de un hospital, sin siquiera saber que me había pasado. Cuando mi esposa me ponía al tanto, mi perplejidad aumentaba, ya que no podía dar fe a lo que me contaba. Que a mí, que todo lo podía, me hubiese ocurrido lo que me narraba.
Esperando el fin de tan terrible “pesadilla”, al cabo de permanecer internado, continué con mi derrotero por los médicos. Aspiraba a que me dijeran que ya estaba bien, para así comenzar tranquilo mi lenta pero segura rehabilitación, puesto que aún continuaba en silla de ruedas, y con importantes problemas de movilidad en mi parte derecha, aunque había recuperado el habla. Empero, mi deseo no se cumplía. Los médicos tardaban en darme el alta definitiva, eran sumamente genéricos en sus definiciones, y yo veía un dejo de preocupación en sus miradas cuando analizaban mis estudios. Para peor, las veces que indagué acerca de lo que me había pasado, obtuve las siguientes respuestas textuales de distintos médicos, de diferentes especialidades cada uno: “Estuviste cinco días con pronóstico reservado, y Dios te dio una mano”. “Estuviste en el más allá, del más allá”. “Estás vivo de casualidad”. No continué indagando, ya que lo que oía me asustaba. Finalmente, al cabo de un año y medio de visitar a médicos, de haberme roto y operado el tobillo izquierdo, de pasar a usar bastones canadienses y de dejar la odiosa silla de ruedas, de tener esperanzas luego defraudadas, me confirmaron lo que hacía rato habían desechado por conmiseración. Debían operarme del tronco cerebral en la cabeza, una operación complicada, para sacarme una malformación venosa, que en cualquier momento me produciría otro derrame, como aquél del cuál había salvado milagrosamente la vida, aunque no la movilidad. Tuve un consuelo espiritual, ya que el día programado para la operación, con más de un mes de antelación, correspondía a la conmemoración de los ángeles custodios, el 2 de octubre. Además, mientras esperaba a que me operaran, ocurrió un terrible atentado terrorista, con lo cuál reflexioné acerca de lo relativo que es gozar de buena salud.
En la fecha apuntada fui intervenido, calificando el cirujano que me operó, uno de los mejores del país y del mundo, al acto como muy exitoso. Bastaba con verle la cara de alivio y felicidad para creerle.
Volví a utilizar una silla de ruedas, pero bastante más tranquilo, ya que era muy difícil que el episodio del derrame se repitiese, aunque no del todo imposible, que era lo que yo, aterrorizado y empacado, quería oír.
Al muy poco tiempo caminaba con un andador, y si bien yo esperaba pasar a los bastones canadienses, que inclusive compré al efecto, transcurrido más de un año y medio desde la operación, continúo utilizándolo sin poder recurrir a los bastones.
Todo este largo tiempo transcurrido desde que sufrí el derrame cerebral, de ya casi tres años, me ha servido para dar un vuelco espiritual en mi vida. No es que previamente yo haya sido una mala persona, por el contrario, todos me consideraban excelentemente. Sin embargo, paulatinamente, he ido cambiando el trasfondo de mi actuar, que ahora es mucho más espiritual, ya que confío plenamente en la Providencia Divina, lo cuál antes no era así. Más aún, agradezco a Dios que haya cambiado para bien mi forma de ver las cosas, y aunque suene raro, reconozco que si no me hubiera pasado lo que me pasó, nunca hubiera revertido mi concepción del mundo. Ahora le pido a Dios que me cure y que yo vuelva a caminar normalmente, pero no dejo de agradecerle que me haya abierto los ojos, aunque ello haya sido desde el punto de vista meramente humano, de un modo cruel.
Estoy inválido, pero estoy feliz. Dios me ha dado una familia maravillosa, comenzando con mi adorable esposa e hijos, he tenido un tercero, continuando con mis padres, hermanos, suegros, cuñados, etc. Además he podido comprar finalmente una linda casa en el barrio que siempre me gustó. Dios ha sido muy generoso conmigo.
Por ello, si bien me atrevo a pedirle más y más, no dejo de reconocer la grandeza y generosidad de Dios, siempre solícito a su amada Madre la siempre Virgen María que intercede por nosotros.
Tampoco olvido a los santos, a través de quienes recé y pedí, especialmente a San Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien mi esposa es muy devota, a los pastorcitos de Fátima, que me acompañaron a lo largo de toda mi vida, a la Madre Maravillas, a quien me encomendó mi hermana, y a todos los santos y santas de Dios*.

Anónimo

* Hace poco más de tres años del derrame cerebral, desde entonces, ya fueron canonizados San Josemaría Escrivá de Balaguer y Santa María Maravillas. Los pastorcitos de Fátima fueron beatificados en el mismo mes en que sufrí el derrame

jueves, 27 de enero de 2011

Sólo el amor de una Madre apoyará,


cuando todo el mundo deja de hacerlo.



Sólo el amor de una Madre confiará,

cuando nadie otro cree.



Sólo el amor de una Madre perdonará,

cuando ninguno otro entenderá.



Sólo el amor de una Madre honrará,

no importa en qué pruebas haz estado.



Sólo el amor de una Madre resistirá,

por cualquier tiempo de prueba.



No hay ningún otro amor terrenal,

más grande que el de una Madre.

hijos, ¿propiedad o misión? Todos los RecursosCompartir | Por Fernando Pascual - fpa@arcol.org

hijos, ¿propiedad o misión? Todos los RecursosCompartir

Por Fernando Pascual - fpa@arcol.org



Estamos acostumbrados a hablar de los hijos como si se tratase de algo propio, de una “posesión”. Tenemos un coche, tenemos una casa, tenemos un libro, tenemos un perro y... “tenemos cuatro hijos”.



Gracias a Dios, el coche no va a exigir sus derechos, ni va a gritar que no nos quiere. Si no arranca, lo llevamos al taller. Si después de dos semanas de arreglos no funciona, lo vendemos al chatarrero. En cambio, si el niño “no arranca” en la escuela...



Es cierto que los niños nacen dentro de una familia, por lo que resulta natural que la familia asuma la responsabilidad de esa vida que empieza. Pero el niño tiene un corazón, un alma, y eso no es propiedad de nadie. La filosofía nos enseña que el alma, lo más profundo de cada uno, no puede venir de los padres, sino que viene de Dios. Los padres dan a su hijo el permiso para la vida y asumen la hermosa tarea de ayudarle, pero no pueden dominarlo como al coche o al perro.



Entonces, ¿cuál es la actitud más correcta ante el hijo que hoy “camina” a gatas por el pasillo y que pronto empezará a darse coscorrones en la cabeza? ¿Le dejamos hacer lo que quiera? Este era el sueño de Rousseau con su “creatura”, Emilio. No hace falta ser un gran psicólogo para comprender que el niño ideal de Rousseau llegaría a la juventud sólo por obra de un milagro... La realidad es que los padres están llamados a dar una formación profunda, correcta, clara, a sus hijos.



Primero enseñamos al niño normas de “seguridad”: no asomarse por la ventana, no meterse en la boca objetos peligrosos, no tocar animales extraños. Después, la búsqueda de la salud nos hace pedirle que tenga las manos limpias, que no se llene el estómago con caprichos, que no se rasque las heridas...



Simultáneamente enseñamos al hijo a hablar. Sus ojos cada día brillan de un modo distinto, y pronto su mundo interior, su corazón, se nos abre no sólo con las miradas, las manos y la sonrisa, sino con esas primeras y temblorosas palabras que empieza a decir con la confianza de ser acogido. Los padres que escuchan por vez primera “mamá”, “papá”, sienten muchas veces un vuelco en el corazón. El niño crece, y habla, y habla, y habla... Cuando ya ha aprendido un vocabulario básico, impresiona por su hambre de saber, de comunicar, de decir que nos quiere, o que ha dibujado un avión, o que ha visto una lagartija, o que acaba de encontrar un amigo de su edad...



Alguno podría pensar que la misión de los padres termina aquí, y que el resto le toca a la escuela. Sin embargo, el hijo todavía tiene que aprender detalles de educación que van mucho más allá de las normas de supervivencia o del usar bien las palabras del propio idioma. Dar las gracias, pedir permiso, saludar a un maestro, prestarle un juguete al amigo, hacer los deberes en vez de contemplar lo que pasan por la tele...



La educación moral es uno de los grandes retos de toda la vida familiar. La mayor alegría que pueden sentir unos padres es ver que sus hijos son, realmente, buenos ciudadanos. El dolor de cualquier padre es darse cuenta de que su hijo hace lo que quiere y que empieza a engañar a los maestros, a robar del monedero de mamá, a golpear a los compañeros o hermanos más pequeños, e, incluso, a levantar la voz en casa contra sus mismos padres...



San Agustín se quejaba de que sus educadores le regañaban más por un error de ortografía que por una falta de comportamiento. La queja tiene una triste actualidad en quienes se preocupan más por el 10 de sus hijos en inglés que por la pornografía que vean en internet o por las primeras drogas que puedan tomar con los amigos. Si somos sinceros, es mucho mejor tener un hijo agradecido y bueno, aunque no sepa alta matemática, en vez de tener un hijo ingeniero que ni siquiera es capaz de interesarse por lo que les ocurra a sus padres ancianos...



Los hijos no son propiedad de nadie, ni de la familia, ni de la escuela, ni del Estado. Pero todos, especialmente en casa, estamos llamados a ayudar a los niños y adolescentes a crecer en su vida como buenos ciudadanos y como hombres de bien. Esa es la misión que reciben los padres cuando inicia el embarazo de cada niño. Quienes hemos tenido la dicha de tener unos padres que nos han ayudado a respetar a los demás, a amar a Dios y a vivir de un modo honesto y justo, nunca seremos capaces de darles las gracias como se merecen. Quienes no han tenido esta dicha... pueden, al menos, preguntar cómo se puede enseñar a los hijos a ser, de verdad, buenos, no sólo en la formación científica, sino en los principios éticos más elevados.



Esa es la misión que reciben los esposos cuando su amor culmina en la llegada de un hijo. Cumplirla puede ser difícil, pero la alegría de un hijo bueno no se puede comprar ni con todo el dinero del Banco Mundial..

lunes, 3 de enero de 2011

La Mula y el pozo

La Mula y el pozo


Una historia de superación ante la adversidad


Se cuenta de cierto campesino que tenia una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca. El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.

El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlisto para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.

Al principio, la mula se puso histérica.

Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una pala de tierra cayera sobre sus lomos.

¡ELLA DEBIA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!

Esto hizo la mula palazo tras palazo.

¡¡SACUDETE Y SUBE. sacúdete y sube. sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.

No importaba cuan dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIENDOSE Y SUBIENDO. A sus pies se fue elevando de nivel el piso. Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo. La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.

¡ASI ES LA VIDA!

Si enfrentamos nuestros problemas y respondemos positivamente, y rehusamos dar lugar al pánico, a la amargura, y las lamentaciones de nuestra baja autoestima, las adversidades, que vienen a nuestra vida a tratar de enterrarnos, nos darán el potencial para poder salir beneficiados y bendecidos!

Autor desconocido

"En la vida nunca bajes los brazos, porque el hombre mas grande del mundo murió con los brazos en alto"...

La pequeña vela

La pequeña vela


Erase una vez una pequeña vela que vivió feliz su infancia, hasta que cierto día le entró curiosidad en saber para qué servía ese hilito negro y finito que sobresalía de su cabeza. Una vela vieja le dijo que ese era su "cabo" y que servía para ser "encendida". Ser "encendida" ¿qué significaría eso?. La vela vieja también le dijo que era mejor que nunca lo supiese, porque era algo muy doloroso.

Nuestra pequeña vela, aunque no entendía de qué se trataba, y aún cuando le habían advertido que era algo doloroso, comenzó a soñar con ser encendida. Pronto, este sueño se convirtió en una obsesión. Hasta que por fin un día, "la Luz verdadera que ilumina a todo hombre", llegó con su presencia contagiosa y la iluminó, la encendió. Y nuestra vela se sintió feliz por haber recibido la luz que vence a las tinieblas y le da seguridad a los corazones.

Muy pronto se dio cuenta de que haber recibido la luz constituía no solo una alegría, sino también una fuerte exigencia… Sí. Tomó conciencia de que para que la luz perdurara en ella, tenía que alimentarla desde el interior, a través de un diario derretirse, de un permanente consumirse… Entonces su alegría cobró una dimensión más profunda, pues entendió que su misión era consumirse al servicio de la luz y aceptó con fuerte conciencia su nueva vocación.

A veces pensaba que hubiera sido más cómodo no haber recibido la luz, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido un "estar ahí", tranquilamente. Hasta tuvo la tentación de no alimentar más la llama, de dejar morir la luz para no sentirse tan molesta.

También se dio cuenta de que en el mundo existen muchas corrientes de aire que buscan apagar la luz. Y a la exigencia que había aceptado de alimentar la luz desde el interior, se unió la llamada fuerte a defender la luz de ciertas corrientes de aire que circulan por el mundo.

Más aún: su luz le permitió mirar más fácilmente a su alrededor y alcanzó a darse cuenta de que existían muchas velas apagadas. Unas porque nunca habían tenido la oportunidad de recibir la luz. Otras, por miedo a derretirse. Las demás, porque no pudieron defenderse de algunas corrientes de aire. Y se preguntó muy preocupada: ¿Podré yo encender otras velas? Y, pensando, descubrió también su vocación de apóstol de la luz. Entonces se dedicó a encender velas, de todas las características, tamaños y edades, para que hubiera mucha luz en el mundo.

Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba velas por todas partes. Velas viejas, velas hombres, velas mujeres, velas jóvenes, velas recién nacidas…. Y todas bien encendidas.

Cuando presentía que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente al servicio de la luz, identificándose con ella, dijo con voz muy fuerte y con profunda expresión de satisfacción en su rostro: ¡Cristo está vivo en mí

La mariposita

La mariposita


Un relato sobre la importancia del esfuerzo y el sacrificio en nuestra vida


Un día, una pequeña abertura apareció en un capullo. Un hombre se sentó y observó a la mariposa por varias horas y como ella se esforzaba para que su cuerpo pasara a través de aquel pequeño espacio. Entonces parecía que se había dado por vencida pues no se veía ningún movimiento y no parecía hacer ningún progreso. Por el contrario, parecía que había hecho más de lo que podía y aun así no conseguía salir.

Entonces el hombre decidió ayudarla. Tomo una tijera y con ella cortó el capullo para que la mariposa pudiese salir. La mariposa salió con una gran facilidad. Pero su cuerpo estaba atrofiado, muy pequeño y con las alas maltratadas. El hombre continuó observando a la mariposa porque esperaba que en cualquier momento sus alas se fortalecieran, se abrieran con fuerza y fueran capaces de soportar su peso afirmándose con el tiempo.

Pero nada pasó. En realidad, la mariposa pasó el resto de su vida arrastrándose con el cuerpo atrofiado y con las alas maltratadas y encogidas. Nunca fue capaz de volar. Lo que el hombre en su gentileza y deseo de ayudar, no comprendía era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para salir por el pequeño agujero era el modo en que Dios hacía que el fluido del cuerpo de la mariposa fuese hacia sus alas de modo que estuviera lista para volar una vez que hubiese salido del capullo.

Así, algunas veces es el esfuerzo lo que justamente necesitamos en nuestras vidas. Si Dios nos dejase pasar por la vida sin ningún esfuerzo, sin ningún obstáculo, nos dejaría "incapacitados", "discapacitados", "inválidos".

No seríamos tan fuertes como podríamos haber sido. Y nunca podríamos volar

La Historia del Burro

La Historia del Burro


Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer.

Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo.

Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo.

El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra.

El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra.

Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando...

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos...

¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!

Te fuiste

Te fuiste

Cuando te fuiste...
me dejaste...
Ahogado en mis propias lagrimas ...
Aunque todo el tiempo te extrañe...
Solo me queda un corazón seco ...
Y mi alma convertida en un desierto...
No abra mas primaveras en mi corazon ...
solo ha quedado un gran vacio...
el silencio sea quedado a mi conmigo ..
mi corazon sea marchitado...
aun que te fuiste sigue aqui...
en mi recuerdo y como el murmullo del viento ...
no hay mundo sin ti ...
mi cuerpo esta sin vida...
mi vida se fue contigo...

Abraham