Por el cristal de una vitrina
Un viernes las dos.
En una tarde de sol complaciente.
Comprando yo, caramelos en una dulcería.
Caminaban por la acera un grupo de amigas.
Una niña de frágiles ojos entre todas vi.
Para entonces tras la vitrina como por efecto de la física.
Tatuose en su rostro un arcoíris de opacos colores.
Transformando en rosadas las mejillas de su blanca piel.
La niña dentro de mis ojos se quedo.
Ya quería dejar de observarla para no caer en la tentación.
Pero en efectos mas que humanos.
Aun el peso de mi mirada por su espalda caía.
Cuando la niña diose la vuelta igual de prendida quedo.
Pasos poco firmes sostuvo.
Como si uno de sus pies le pidiera permiso al otro para salir adelante.
Casi cae.
Yo la entendí, en mis rodillas.
Ellas también quisieron doblarse.
Y cuando la vitrina se terminaba por perímetro no esperado.
La niña estirando su cuello aun observaba.
Siendo su pelo lo que ultimo vi.
Un infantil, aun la espera.
Cada tarde a las dos.
Por la vitrina donde el sol tatúa los arcoíris de amor...
jorge Ivan Perez
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