El matrimonio
Matrimonio: dos que se hacen
uno en la carne y en el
espíritu. Este es parte del
plan de Dios. Hemos aprendido
de Cristo que amar es morir.
Quien ama muere a su
egoísmo, para vivir una nueva
vida dándose a quienes ama.
Por eso amar es morir a si
mismo, salir de si mismo.
El Matrimonio es un signo de
ese amor total y generoso. Dos
que se aman están dispuestos a
morir a su egoísmo, a su
individualismo para convertirse
en una nueva y única vida. Pero
¿como es ese morir? ¿tengo que
dejar de ser yo para que el otro
sea mas que yo?
NO. En el matrimonio no tiene que
haber anudamientos de
personalidad, ni deseos de dominar
uno sobre otro, ni mucho menos
desaparición de mis gustos,
intereses, o amistades para
complacer al otro. Todo lo
contrario. Lo tuyo y lo mío
comienza a ser nuestro.
El matrimonio debe ser un
compartir. Dos que se hacen uno
por el amor. Dos que se casan
deben ser. Compañeros: para
andar juntos (no uno delante,
otro atrás) amigos: que es
mucho mas que amantes
complemento: la pareja me
completa, y sin ella me falta
algo. Hombre y mujer se
completan.
El y ella – juntos – son la imagen de Dios - Amor
Quien ama sale de si mismo para
fijarse en el otro, valora a la
persona amada, escucha el
sentir de la persona amada. Es
difícil amar, pero quien ama
conoce la felicidad. Estar
dispuestos a amar es estar
dispuesto a morir a su propio
egoísmo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario