jueves, 2 de abril de 2009

El cielo y el infierno, la diferencia real

Un hombre habló con Dios acerca del cielo y el infierno. Dios le dijo a ese hombre: “Ven, te mostraré el infierno”.

Entraron en una habitación en donde un grupo de personas se encontraba sentado alrededor de una enorme olla de estofado. Todos estaban hambrientos, desesperados y muertos de hambre. Cada persona sostenía una cuchara que tocaba la olla, pero cada cuchara tenía un mango mucho más largo que su propio brazo, de tal manera que no podía utilizarse para llevar el estofado a sus bocas. El sufrimiento era terrible.

“Ven, ahora te mostrare el cielo”, dijo Dios, después de un tiempo. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera (la olla de estofado, el grupo de personas, las mismas cucharas con mango largo). Sin embargo, allí todos estaban felices y bien alimentados.

“No comprendo”, dijo el hombre. ¿Por qué están felices aquí, si en la otra habitación se sienten miserables y todo es igual?”

Dios sonrió. “Ah, es sencillo”, respondió. “Aquí aprendieron a alimentarse uno al otro”.

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